martes, 1 de junio de 2021

 Karl Jaspers / Genio y locura (1922)



Karl Jaspers. Genio y locura. Strindberg y Van Gogh. Barcelona, Acantilado, 2001. Traducción de Adan Kovacsics. Publicado originalmente en 1922.

 

*Jaspers, desde su perspectiva de médico psiquiatra, aborda en este estudio fundamentalmente el carácter y la personalidad del dramaturgo sueco Augusto Strindberg, constatando que padeció un proceso esquizofrénico de rasgos muy definidos, aunque existan aspectos que se resisten a ser desvelados por el investigador. «La existencia espiritual -afirma Jaspers en marzo de 1949 en el prólogo que escribió en Basilea para una posterior edición- posee como tal un punto ininteligible ... Lo esencial sólo se nos manifiesta cuando observamos de manera concreta lo individual». Para afianzar sus conclusiones, Jaspers recurre a la psiquiatría comparada. De ahí que se ocupe brevemente de Emanuel Swedenborg como caso paralelo al de Strindberg y de Friedrich Hölderlin como caso paralelo a Vincent van Gogh, pintor al que dedicó la mayor parte del capítulo segundo de su libro.

 

*Las principales fuentes para el estudio psicopatológico de Strindberg son sus propios textos autobiográficos, publicados en cinco volúmenes, y que, por orden cronológico, incluyen:

1. El hijo de la sierva e Historia de un alma, referidos al periodo anterior a 1886 y escritos en 1886. Ambos textos muestran con maravillosa plasticidad la personalidad originaria y la juventud del autor.

2. Alegato de un loco, referido a la época del primer matrimonio (1871 – 1888) y escrito en 1888. Describe, desde el presente inmediato, y, por tanto, de manera verídica y radical, las dos principales fases del proceso patológico, que se inscriben, aproximadamente, en 1887 y en 1896. Lo mismo puede decirse de Inferno y de Leyendas.

3. Desunidos, concerniente al periodo 1892 – 1894, en particular al segundo matrimonio, y redactado en 1902. Es un texto más artificial y menos verídico.

4. Inferno, dedicado a la época entre 1894 – 1897 y escrito entre mayo y junio de 1897. Con características similares a Alegato de un loco y a Leyendas, fue recopilado a partir de apuntes de diarios, convirtiéndola en el escrito más directo y menos moldeado.

5. Leyendas, sobre la época 1897 – 1898 y escrito en 1898.

6. Solitario, sobre el periodo 1899 – 1900 y escrito en 1903. Crónica un tanto opaca sobre algunos detalles del estado patológico final.

7. Las Cartas. Fueron dirigidas a distintas personalidades, tales como Georg Brandes, Paul Gauguin, Federico Nietzsche y otros. Han sido estudiadas por la profesora universitaria sueca Kerstin Dahlbäck, nacida en 1940.

 

Respecto a la bibliografía, resultan muy importantes los textos sobre Strindberg escritos por amigos, discípulos y conocidos, principalmente el crítico danés Georg Brandes (1842 – 1927), el escritor sueco Ola Hansson (1860 – 1925), los también escritores suecos Axel Lundegard (1861 – 1930) y Adolf Paul (1863 – 1943), y el cirujano alemán Carl Ludwig Schleich (1859 – 1922).

 

*Strindberg nació en Estocolmo el 22 de enero de 1849 y falleció en la misma ciudad, de un cáncer de estómago, el 14 de mayo de 1912.

En 1862 muere su madre, casi con toda seguridad el referente más importante e influyente de su atormentada existencia. En 1866, con dieciocho años, tiene su primera experiencia sexual. En 1868 se convierte en maestro de enseñanza primaria. En 1869 decide ser actor y viaja a Copenhague. En 1870 reside en Uppsala. En 1873 desempeña diversos trabajos: en una revista de seguros, como telegrafista y como empleado de un periódico. Entre 1874 y 1876 ejerce de bibliotecario. En 1875 conoce a su futura primera esposa, la actriz Siri von Essen [Sigrid Sofía Matilda Elisabet von Essen, 17 agosto 1850 – 21 abril 1912], que estuvo casada entre 1872 y 1876 con el barón y pintor Carl Gustaf Wrangel af Sauss. En 1877 realiza un breve viaje a París y se casa con Siri. En 1883 muere su padre, iniciando ese año una prolongada estancia en el extranjero (Suiza, Italia, Francia, Austria y Dinamarca), hasta 1889. En 1884, acusado de blasfemia, tiene que volver por poco tiempo a Suecia, resultando absuelto. Entre 1889 y 1892 reside en su patria, donde lleva a cabo una breve gira en 1890. En 1892 se divorcia de Siri. De su matrimonio con Siri von Essen le sobrevivieron tres hijos: Karin (Estocolmo, 26 de febrero de1880 – 10 de mayo de 1973), Greta (1881) y Hans (1884). Estancia en Berlín desde noviembre de 1892 hasta abril de 1893. En mayo de 1893 se casa con la periodista católica Frida [Friederike] Uhl (Mondsee, Austria, 4 abril 1872 – Salzburgo, Austria, 28 junio 1943). Ese año viaja a la isla alemana de Helgoland, en el Mar del Norte, a Londres, a la isla alemana de Rügen, en el Báltico, al lago austriaco de Mondsee, a Pankow, cerca de Berlín, a la ciudad checa de Brno y a la ciudad austriaca de Ardagger. Un corto periodo del año 1893 lo pasa con su mujer en el castillo de Dornach, en el municipio austriaco de Saxen[1]. En 1894 está en Ardagger, aunque hace un breve viaje a Berlín. En otoño viaja a París. Su segunda esposa lo abandona en noviembre en la capital francesa. En la misma ciudad, en 1895, se divorcia de Frida Uhl (parece ser que el matrimonio se disolvió a instancias de su mujer). Entre el 21 de febrero y el 19 de julio de 1896 reside en el hotel Orfila de París. Ese mismo julio viaja a Dieppe, ciudad del norte de Francia, junto al Canal. También en julio se desplaza a Suecia, en los alrededores de Lund. En agosto se halla en Berlín, un poco más tarde a orillas del Danubio y en diciembre de nuevo en Lund. En agosto de 1897 vuelve a París. En 1898 otra vez en Lund. En 1899 fija su residencia en Estocolmo hasta su muerte. En 1901 se casa por tercera vez, con la actriz Harriet Bosse, de quien se divorcia en 1904. Con ella tuvo a la menor de sus hijas, Anne-Marie (Estocolmo, 25 de marzo de 1902 – 17 de agosto de 2007). Fallece en Estocolmo, de un cáncer de estómago, el 14 de mayo de 1912, dejando indicado que al enterrarlo colocasen una Biblia entre sus manos.

*En torno a 1869, con veinte años, el carácter de Strindberg presenta rasgos marcados: un amor propio sensible hasta la exageración, una enorme capacidad de reacción y un yo inconstante, esto es, una personalidad inestable. Constata lo que él llamará un «doble carácter»: «ambicioso y de voluntad débil; sin escrúpulos … y flexible; … enorme confianza en sí mismo, mezclada con un profundo desaliento; sensato e irreflexivo» (El hijo de la sirvienta). Vivía para el momento, en un estado de exaltación. Superaba las dificultades obviándolas. De ahí que, durante un tiempo, cambiase constantemente de profesión. La búsqueda de lo auténtico adoptó dos formas típicas en el proceso de transformación: la necesidad de embriaguez y la del impulso histriónico (es la época en que prueba ser actor). Esta faceta de actor sería sustituida por la actividad literaria.

*Sólo en su primer matrimonio (1877 – 1892) con Siri von Essen tuvieron los celos del escritor y la infidelidad de la esposa un papel esencial. El divorcio se produjo a instancias de Strindberg. Aparece durante esta unión el llamado «delirio de celos». Todo delirio se caracteriza más por la forma de su justificación y de su génesis que por su contenido. Su estado en relación con los celos fue probablemente retratado por Henrik Ibsen en el personaje del fotógrafo Hjalmar Ekdal en El pato salvaje (en noruego Vildanden, fue escrita en 1884 y estrenada en Bergen el 9 de enero de 1885). La valoración de su mujer cambia radicalmente entre 1886, cuando escribe Historia de un alma, y 1888, cuando escriba Alegato de un loco. En 1886 escribe contra la emancipación femenina y contra las mujeres en general, pero no contra su esposa. La actitud es muy distinta en 1888, haciendo a su mujer responsable de su sufrimiento. La conclusión de Jaspers es que el delirio de celos estalló entre 1886 y 1888, pero que ciertos ataques momentáneos quizá ya existían antes como síntomas precursores.

*Según Jaspers, el proceso esquizofrénico de Strindberg se inició en 1882 con un ligero primer brote. En ese año llegó a sospechar que su esposa quería envenenarlo, pero sólo en 1888 insiste en esta obstinación. En 1884 se presentan los primeros síntomas de la manía persecutoria. Quiere huir ya en 1882. Por eso propone a su mujer un viaje al extranjero, que se materializó en 1888, con una estancia de cuatro años fuera de Suecia. En 1885, su libro Casados, donde ataca al sexo femenino, provoca una diatriba en los periódicos suizos. Se siente abandonado por sus amigos, acosado. Los síntomas indiscutibles del proceso patológico aparecen en 1887, año en que sopesó seriamente la idea del divorcio. Entre 1887 y 1896 la enfermedad mental crece lentamente, aunque se manifiesta en numerosas ocasiones. La agudización producida en 1896 supera todo lo anterior. En 1889 su mujer actúa en La señorita Julia, lo cual enorgullece a Strindberg. Hasta 1892 no se consuma el divorcio de su primera esposa. En octubre de 1892, en el primer número de la revista Zukunft, el escritor sueco Ola Hansson intercede a favor de Strindberg, que atraviesa apuros económicos.

*A mediados del decenio de 1880, Strindberg supone la existencia de una conjura de las mujeres contra él, por antifeminista. Jaspers estudia la evolución de la manía persecutoria que le torturaba. En la fase inicial de la enfermedad, esta idea surgía con intensidad y desaparecía con igual prontitud. En noviembre de 1892 se halla en Berlín, alojado en casa del matrimonio formado por Ola Hansson y su mujer Laura Marholm[2]. Pronto surgieron desavenencias, provocadas según él por la actitud de Laura, que terminarían en ruptura con su amigo Ola Hansson. En Berlín relacionóse con la colonia de artistas, especialmente con el botánico y socialista sueco Bengt Lidforss (1868 – 1913), el escritor polaco Stanislaw Prybyszewski (1868 – 1927) y la joven modelo Dagny Juel[3]. Pronto cree que los tres lo odian y quieren vengarse de él. Todo esto lo cuenta en Inferno, donde el escritor polaco es llamado Popoffsky y la joven amante Aspasia, en homenaje a la culta mujer que estuvo unida sentimentalmente a Pericles. La relación con Dagny Juel duró sólo tres semanas, contando ella con veinticinco años.

*Los estudios científicos, siempre carentes de verdadero rigor, lo absorbieron entre 1893 y 1897. Pretendía transformar unos elementos en otros e incluso fabricar oro. Los resultados de estas investigaciones se reflejan en dos libros, Antibarbarus (1894) y Sylva Sylvarum (1895). Sufre diversos estados breves de alteración de la conciencia y de parálisis subjetiva, el primero de los cuales tiene lugar en Berlín en diciembre de 1892 y el segundo, en esta ocasión un ataque específico de la esquizofrenia que padecía, en la misma ciudad, unos meses más tarde.

*En 1892, Strindberg, como hemos dicho, se divorció de su primera esposa. Durante la breve estancia berlinesa entre noviembre de 1892 y abril de 1893, vivió, según Adolf Paul, «cinco aventuras» amorosas. En mayo de 1893 se casó por segunda vez, en esta ocasión con Frida Uhl, en la isla de Helgoland. Ahora los celos han desaparecido, pero continúan la manía persecutoria y la sensación de estar sufriendo perjuicios. Piensa que Frida pretende mostrar superioridad ante él, humillándolo. La felicidad duró poco. Frida, contra la voluntad de su marido, lee Alegato de un loco. Mientras deja sola a su esposa en Londres, viaja a Hamburgo y a la isla de Rügen, donde visita a su amigo Adolf Paul (llamado Ilmarinen en Desunidos). Después, invitado por sus suegros, se desplaza por poco tiempo a orillas del lago Mondsee, en Austria, donde aquéllos vivían. El matrimonio se reencuentra, pero él no puede soportar el «despotismo» de Frida. Se marcha a Pankow, cerca de Berlín, adonde llega posteriormente su mujer. La relación entre ambos no mejora en 1894. Está convencido de que Frida quiere vengarse de él. El 31 de julio de 1894 le escribe una carta a Adolf Paul anunciándole que rompe la amistad, si bien no hay un motivo objetivo. A finales de 1894, Frida le escribe a Adolf Paul, excusando la desconfianza de Strindberg para con casi todo el mundo. En noviembre de 1894, en París, lo abandona para siempre su mujer, quien, en enero de 1895, pide el divorcio, que no llega hasta 1897.

*En 1887 y en 1896 Strindberg sufre dos verdaderos brotes. Jaspers explica que, en un proceso esquizofrénico, la huella de un brote permanece para siempre. A finales de 1892, al comienzo de la época berlinesa, cree vivir una segunda juventud. En agosto de 1893 dice encontrarse bien, aunque ese estado es muy efímero. En la primavera de 1894 afirma haber pasado en compañía de Frida «los dos meses más bellos de la convivencia de los esposos» (Desunidos). Durante ese tiempo nace su hija Kerstin (26 mayo 1894 – Estocolmo, 1956), fruto de su relación con Frida. En el Epílogo de Alegato de un loco escribe: «Casado en segundas nupcias, ahora es padre de una hermosa niñita y parece diez años más joven» (ver la nota nº 1). Pero en el invierno de 1894 – 1895 la situación con su esposa Frida se deteriora irremediablemente en París. En enero y febrero de 1895 se siente cada vez más extraño en su relación con las personas. Las Navidades de 1894 las pasa en París en casa de una familia escandinava. El verano y el otoño de 1895, en contraposición al terrible invierno de 1894 – 1895, son para él una de las épocas más felices de su vida. Es cuando escribe Sylva Sylvarum. Pero, casi inmediatamente, sobreviene la caída. El invierno de 1895 – 1896 trae el cambio, y el año 1896, la culminación del proceso psicótico.

*Dice Jaspers que una de las características del proceso esquizofrénico es la incapacidad de los enfermos de tomar conciencia plena de la enfermedad. Tal fue el caso de Strindberg. Admite Jaspers no haber encontrado información relativa al tercer matrimonio del escritor. El médico Carl Ludwig Schleich lo visitó en 1903, advirtiendo un extraño comportamiento. En 1904 intentó visitarlo Max Reinhardt, pero Strindberg no quiso recibirlo. Era una época en la que se hallaba inmerso en sus inclinaciones místicas. También Schleich habla de estas inclinaciones místico-religiosas. Ola Hansson lo visitó en 1907, detectando un extraño comportamiento, además de contarle Strindberg que algunas personas lo habían perseguido, como el profesor Galenius en la ciudad de Lund.

*Jaspers esboza la evolución de la concepción del mundo en Strindberg, admitiendo posiciones opuestas y contradictorias. Oscila entre el escepticismo y el relativismo de ciertas ideas y el fanatismo. Sensación de estar presionado y necesidad de sentirse superior. Se siente humillado: como niño ante los adultos, como plebeyo ante los más distinguidos. Habla de su odio de clase (era «hijo de una criada») y de su hostilidad a la cultura. Desarrolla una autoestima impregnada de superioridad. Es casi imposible percibir en sus escritos una concepción sustancial del mundo. Predominan los formalismos y los cambios constantes en su supuesta concepción del mundo. Su vida espiritual no transmite la idea de una totalidad humana, sino la de un conglomerado de puntos de vista siempre sostenidos con vehemencia. Su sentido apunta siempre al presente, al efecto. Sumo interés por la opinión pública respecto de él. Sólo se siente vivo cuando el mundo literario europeo lo considera el líder de las nuevas tendencias. Inestable evolución religiosa: juventud creyente; después se considera ateo, materialista y positivista; al final se convierte en un místico teosófico. Toda esta evolución va asociada a su esquizofrenia. Asimila con rapidez y se apropia de cuanto acaba de recibir de fuera. Por ejemplo, la influencia de Nietzsche denota una escasa comprensión y un conocimiento muy superficial de la obra del filósofo alemán. Así lo demuestra una carta de 1890. En este mismo año reconoce los continuos cambios en su concepción del mundo. Tiende a la exageración, como cuando, bajo la influencia de Nietzsche, dice odiar a Jesucristo y admirar a Voltaire. Más tarde queda fascinado por el catolicismo. En 1897 es consciente de haber vivido una última crisis que lo condujo a lo religioso. La crisis está relacionada con su enfermedad. Al comienzo de ésta se había acercado al nihilismo y al ateísmo, evolución que culmina en 1890. El verdadero cambio ideológico se inicia en el otoño de 1894 en Ardagger, al comienzo del segundo brote esquizofrénico. Durante su estancia berlinesa piensa que «un ser personal y consciente guiaba su vida». Se define entonces como «providencialista». En 1894 se despoja del escepticismo. Las fuerzas que amenazan con despedazarlo sólo aparecen a partir de 1896. Por esta época resultó decisiva la lectura del científico y escritor místico sueco Emanuel Swedenborg (Estocolmo, 1688 – Londres, 1772). La crisis se extiende entre altos y bajos de 1894 a 1896 y transcurre en paralelo al proceso esquizofrénico. A pesar de su inclinación al catolicismo y a la vida monástica, Strindberg no se hizo nunca cristiano. Probaba todas las posibilidades. Sin embargo, aunque no adoptase una postura confesional, sí tuvo en sus últimas décadas una postura profundamente religiosa. Rechaza cualquier dogma confesional. Cree observar en el presente una expansión de las influencias demoníacas. Según él, la juventud aguarda algo nuevo. En Leyendas (1898) considera la vuelta de la Edad Media. Su proceso esquizofrénico le aportó algún material nuevo, pero no una idea. Nunca lo abandonó del todo el escepticismo. Su antifeminismo se mantuvo constante, aunque sujeto a cambios relacionados parcialmente con el proceso esquizofrénico. La mujer que mayor influencia ejerció en su vida psíquica posterior fue su madre. Siempre anheló la figura de la madre. El valor de una mujer, de una esposa, lo ve en su cualidad de madre. Siempre mantiene una intensa propensión a adorar a la mujer, así como a legitimar la relación, y le cuesta establecer un nexo entre la mera relación sexual y una profunda relación sentimental. En 1873 tuvo una extraña experiencia, durante la cual vivió durante tres días con un ama de llaves como si estuviesen casados. Fue ella quien lo dejó por otro hombre. Se produjo entonces en Strindberg un estado histérico-reactivo. La fuerza de este tipo de amor que no era mera sexualidad, aun estando totalmente impregnado de ella, y que lo dominaba como una pasión sin límites, quedó de manifiesto en la relación con su primera esposa, Siri von Essen, con la que convivió entre 1875 y 1890 y a la que fue fiel. Nunca amó Strindberg a ninguna otra mujer con la intensidad con la que amó a Siri. El documento más impresionante de esta pasión es el Alegato de un loco, a pesar del odio que destila hacia las mujeres y su desesperación por el delirio de celos. La fuerza amorosa con Siri von Essen se desarrolló y se destruyó desde la mera vitalidad. Tanto en la confluencia apasionada como en el combate hostil entre los esposos nunca se produjo una comprensión mutua, una comunicación amorosa, una lucha por la claridad en vez de una lucha por la superioridad. No llegaron a verse como seres espirituales.

Ya hemos visto cómo en 1894 se produjo el brote más grave del proceso esquizofrénico, que en 1897 pasó al estado final. Dependiendo de la fase, la enfermedad puede excitar la sexualidad con suma intensidad o paralizarla hasta la frigidez. En 1895, durante unos días, volvió a sentirse cautivado por una inglesa, aunque sin consecuencias. Del periodo de su tercer matrimonio, entre 1901 y 1904, no tenemos detalles de su vida psíquica.

Durante la primera fase del periodo de su primer matrimonio, el antifeminismo de Strindberg es más bien teórico. No podemos saber hasta qué punto desempeña un papel la oposición interior al dramaturgo noruego Henrik Ibsen. En la segunda fase, con la culminación de los celos desesperados en 1887, crece el odio hacia el otro sexo. Esta segunda fase se refleja en dos obras de teatro, El padre y Camaradas, ambas de 1887. Hay una tercera fase, que corresponde a las últimas décadas de su vida, a partir de 1897, en que ese odio disminuye. En Historia de un alma (1886) había escrito que su verdadero «descubrimiento» del problema de la mujer data de la época en torno a 1880, es decir, transcurridos tres años de su casamiento con Siri von Essen. En unas disquisiciones del año 1886 dice que el amor puro es una contradicción, que el amor es sensual. En El hijo de la sierva, también de 1886, escribe que sólo en apariencia puede entablarse y durar una amistad entre los sexos, ya que los dos son enemigos natos. Esta opinión la mantuvo hasta el final de su vida, con la diferencia de que más tarde atribuyó el mismo grado de culpa al hombre. Recibió con alborozo el libro Sexo y carácter, publicado por el pensador austriaco Otto Weininger (1880 – 1903) en 1903 y en el que se manifiestan ideas misóginas.

Por su negativa a transparentarse, a una comunicación sin barreras, Strindberg nunca consiguió una amistad real y sobre todo amar a una mujer. Se queda en lo vital, en la pasión erótica -que no en lo meramente sexual-, pero desconoce ese elemento específicamente espiritual que apunta a la totalidad y a la continuidad.

Los años de mayor virulencia del proceso esquizofrénico progresivo son años vacíos en cuanto a producción poética. Entre finales de 1892 y 1897 no creó nada. La influencia de la enfermedad sobre el contenido de la obra es innegable. El primer brote hace culminar la misoginia e inspira obras tales como El padre y Camaradas (ambas de 1887). Strindberg manifestó una tendencia a la confesión, comunicando su vida al público con una sinceridad brutal. No se respetaba ni a sí mismo ni a los otros. No se recata, pero queda rápidamente satisfecho y toma su idea, formulada de manera aguda e incisiva, por la verdad (cree que la idea que se forma en su mente corresponde a la verdad). No posee el afán profundo propio de la voluntad ilimitada de claridad, de la voluntad absoluta de transparentarse-a-sí-mismo que no cesa de interrogar y cuestionar. Resulta por eso superficial en lo psicológico, comparado con Nietzsche o con Kierkegaard. La veracidad de Strindberg se basa en una sinceridad ligada al momento. Jamás conoció el comedimiento y la discreción; no obstante, el proceso patológico influyó sin duda en la brutalidad de su franqueza respecto a sí mismo y a los otros. Actúa con un descaro que en algún momento topa con fronteras irracionales.

 

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*En el segundo capítulo, Jaspers compara el caso de Strindberg con otro parecido, el de Swedenborg, con el que, sin embargo, mantiene notables diferencias. A Strindberg no le interesaron los dogmas cristiano-protestantes ni la concepción del mundo de Swedenborg, sino sus contenidos materiales derivados de la esquizofrenia. Precisamente el realismo de las experiencias alucinatorias es el elemento que los une. El elemento común entre ambos es el proceso que permite al enfermo conservar intactas la sensatez, la coordinación y la orientación.

Emanuel Swedenborg (Estocolmo, 1688 – Londres, 1772)[4] experimentó un vuelco en 1742. Hasta ese momento, toda su actividad estuvo dedicada a las ciencias de la naturaleza, ocupando importantes cargos en Suecia. Desde entonces abandonó las ciencias y su enorme producción posterior tuvo un contenido teosófico, religioso, teológico y místico. En 1743 dimitió de todos sus cargos.

Según Jaspers, el proceso esquizofrénico de Swedenborg debió tener una fase preliminar prolongada. En 1736 vivió una experiencia inolvidable que llamó deliquium, con ligeros mareos, visiones de una luz y un sueño tras el cual se sintió liberado y purificado. Sus anotaciones relativas a sus sueños entre 1736 y 1740 se perdieron. A partir de 1743 y durante los dos años siguientes escribió el llamado Diario de los sueños, analizado por Hans Walter Gruhle. Desde 1743 – 1745 el interés religioso se torna predominante. Las visiones se producen en medio de ataques esquizofrénicos de duración limitada.

Después de un periodo inicial que empieza en 1736 (con 48 años) sobreviene una fase aguda entre 1743 y 1745, con fenómenos angustiantes, gran intranquilidad y crisis. Luego se produce la calma, Swedenborg recobra la armonía y se muestra seguro de sí mismo. Las numerosas visiones y revelaciones a partir de los 57 años, hasta su muerte, pierden ya el carácter extático y estremecedor que vemos en el Diario de los sueños. Todo cuanto vio y oyó en sus estados visionarios le sirvió para construir una historia natural del mundo sobrenatural. La idea básica es la de dos mundos, el natural y el espiritual, que se corresponden y están relacionados.

Manuel Kant se interesó por las visiones de Swedenborg, según se deduce con toda claridad de una carta que escribió el 10 de agosto de 1763 (no de 1758, como equivocadamente dice Ludwig Ernst Borowski en el Suplemento II de su conocida biografía de Kant de 1804, Relato de la vida y el carácter de Immanuel Kant, Madrid, Tecnos, 1993, págs. 130-137, donde reproduce la carta completa) a la señorita Charlotte von Knobloch[5]. También escribió otra carta al propio Swedenborg que no obtuvo respuesta. Sobre la vivencia de Swedenborg, escribió Kant en Sueños de un visionario: «El conocimiento intuitivo del otro mundo sólo puede conseguirse en estos casos sacrificando algo del entendimiento necesario para éste».

Aunque Gruhle consideró improbable el proceso esquizofrénico en Swedenborg, a Jaspers le parece seguro, si bien los datos transmitidos no bastan para establecer un diagnóstico tan incuestionable como en el caso de Strindberg.

 

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*Entre los estudios psiquiátricos sobre el poeta alemán Friedrich Hölderlin (1770 – 1843), resulta imprescindible, a pesar de sus limitaciones, el de Wilhelm Lange-Eichbaum (1875 – 1949), titulado Hölderlin (Stuttgart, Enke, 1909). Según Lange, queda claro que Hölderlin mostró en 1800 los primeros síntomas de una incipiente esquizofrenia, los cuales se presentaron con toda claridad en 1801. En el verano de 1802, la enfermedad mental ya resultaba evidente para su entorno. En 1806 debió ser ingresado en una clínica y a partir de 1807 fue atendido por una familia hasta su muerte. Ya en 1800 mostraba Hölderlin una extraordinaria irritabilidad. Entre abril y junio de 1802, cuando ejerce de preceptor en Burdeos, estalla una crisis de excitación. La cronología del proceso patológico puede establecerse según criterios psiquiátricos, sin necesidad de remitirse a las obras.

Quien desee hacerse una idea clara de la enfermedad mental de Hölderlin, deberá leer un texto fundamental de su amigo el poeta alemán Wilhelm Waiblinger (1804 – 1830), Hölderlins Leben, Dichtung und Wahnsinn (Vida, poesía y locura de Hölderlin, de ca. 1827/28).

Así como un molusco enfermo forma perlas [tal es el caso de la ostra, un molusco bivalvo], los procesos esquizofrénicos pueden permitir la creación de singulares obras del espíritu. Y así como quien se regocija con la perla no piensa en la enfermedad del molusco, quien experimenta la energía vital de las obras de arte tampoco piensa en la esquizofrenia, posible requisito de su creación.

Las obras escritas entre 1801 y 1805 fueron creadas sin la menor duda en una época en que Hölderlin estaba enfermo de esquizofrenia. Queda por ver si la poesía de Hölderlin sufre a partir de 1801 una transformación que le da, por así decirlo, otra fisonomía. En cuanto a la pregunta de si el cambio iniciado en torno al año 1801 supone un salto que impregna de una atmósfera común todo lo posterior -ausente, por tanto, en toda la poesía de la primera época de Hölderlin-, Norbert von Hellingrath[6] responde que hasta el derrumbe del año 1805 se extiende una evolución continua comprensible desde supuestos puramente intelectuales. El pensador Wilhelm Dilthey parece compartir esta opinión. Este último, en Das Erlebnis und die Dichtung [La vivencia y la poesía, Leipzig, 1906][7], dice lo siguiente acerca de los Nachtgesänge [Cantos de la noche, concluidos ca. diciembre de 1803, revisados posteriormente y publicados en 1805]: «Quiso el destino de esta última época de Hölderlin que toda su evolución poética apuntara a liberar totalmente el ritmo afectivo interno de las formas métricas fijas, pero que este último paso sólo se produjera a las puertas de la locura … La estructura de cada una de las imágenes adquiere así una autonomía y una energía propias». Dilthey constata la liberación en los Cantos de la noche, todos creados en la época de la esquizofrenia. Lógicamente, el salto no se produce de forma repentina, así como la grave enfermedad mental, que supone, en efecto, un salto, una ruptura total de la evolución, va surgiendo a través de transiciones sumamente lentas.

Resultaría estéril aplicar burdas categorías psiquiátricas a los poemas de Hölderlin, pero las cualidades de esta poesía podrían arrojar luz sobre la esencia de la esquizofrenia.

Entre 1805 y 1806, los poemas vuelven a cambiar radicalmente, a través de lentas transiciones. Se tornan más sencillos, infantiles y también más vacíos.


Algunos de los elementos tangibles del cambio producido en la poesía de Hölderlin, son:

a) El concepto de sí mismo. Desde muy temprano, Hölderlin posee una conciencia de su vocación poética.

b) La concepción mítica del mundo. Profunda conciencia de la afinidad del ser humano con la naturaleza, con la antigüedad griega y con lo divino. Estos tres mundos son para él uno solo. La intelección comprensiva a partir del espíritu de Hölderlin y la intelección causal a partir de la enfermedad no se contradicen, sino que se complementan. La personalidad originaria es decisiva para lo que se vive y se puede realizar en la esquizofrenia.

c) La tensión interior. Existen dos pasos en la secuencia de los poemas de Hölderlin. El primero se produce en torno a 1801; el segundo, hacia 1805 – 1806. El primero se halla en el límite entre la salud y el proceso esquizofrénico; el segundo, dentro del proceso. En el periodo que transcurre entre estos dos extremos, vemos las fuerzas del proceso            -fuerzas disolventes y excitantes que alteran las funciones- inmersas en una lucha contra la voluntad de disciplina, empeñada en mantener el orden, la coherencia, la totalidad.

d) La vehemencia del influjo divino. El poeta recoge la tempestad divina y ofrece en el canto algo que sin la forma poética resultaría destructiva. El poeta, dada su inocencia, como intermediario entre los dioses y los hombres. Sólo la creación poética puede hacer visible el peligroso contenido de lo que guardan los dioses, mostrándose cautos en revelárselo a los humanos. La experiencia de Hölderlin en este sentido es auténtica y verdadera. Cuando expresa que «sólo a veces soporta el hombre la divina plenitud», hay que entenderlo literalmente. Su experiencia, auténtica y peligrosa, sólo existe en la esquizofrenia. Nada semejante podría haber vivido o experimentado un espíritu como Goethe 

Con independencia de la enfermedad, se puede observar en Hölderlin una evolución progresiva ininterrumpida que sólo más tarde, en la enfermedad, sufre un brusco corte.


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*En lo que se refiere a Vincent van Gogh (Zundert, provincia de Brabante Septentrional, Países Bajos, 30 marzo 1853 – Auvers-sur-Oise, Île-de-France, 29 julio 1890), la principal fuente son sus Cartas, especialmente las dirigidas a su hermano Theo (Zundert, 1 mayo 1857 – Utrecht, 25 enero 1891), recopiladas por su cuñada Johanna Bonger (Johanna Gezina van Gogh-Bonger, Amsterdam, 4 oct 1862 – Laren, Holanda, 2 sep 1925), viuda de Theo, que serán publicadas en 1914: Vincent van Gogh. Briefe an seinen Bruder (Cartas a su hermano). Traducción alemana de Leo Klein-Diepold. 2 volúmenes. Berlín, Paul Cassirer, 1914. Una edición posterior de las Cartas, llevada a cabo por Bruno Cassirer (primo de Paul) en 1918, asimismo bajo la supervisión de Johanna Bonger, incluía otras, como las dirigidas al pintor Émile Bernard. 

*La constitución psíquica originaria de Van Gogh es singular. Tiende al aislamiento, a la marginación, y al mismo tiempo siempre anhela amor y comunidad. A la mayoría de la gente -no a todos- le resulta difícil convivir con él. Tiene poca fortuna con las personas. El escritor holandés Marie Joseph Brusse (1873 – 1941) dice: «Van Gogh provocaba la risa por su postura y su comportamiento, porque actuaba, pensaba, sentía y vivía de manera diferente que los otros de su edad … siempre tenía un rasgo ausente, reflexivo, serio y melancólico en su rostro. Pero cuando reía, lo hacía con cordialidad y jovialidad, y su cara se iluminaba» («Van Gogh als Buchhandlungsgehilfe [Van Gogh como auxiliar de librería]», en Kunst und Künstler, nº 12, 1914, pág. 590). Le cuesta adaptarse o no se adapta en absoluto, parece carecer de objetivos, y, sin embargo, está profundamente imbuido de algo que es preciso llamar fe. Profundamente religioso en su juventud, sea cual sea su ocupación, se basa hasta el final en una conciencia religiosa alejada de dogmas y confesiones. Busca desde el inicio lo sustancial, lo esencial, el sentido de la existencia, y, cuando trabaja como empleado en la galería de arte Goupil, no puede cumplir su cometido, por cuanto pone el valor del arte y la calidad de los objetos por encima de los intereses mercantiles. Por la época en que tiene veintiséis años, manifiesta en sus cartas la voluntad de ser útil, de ayudar, de servir.

En 1873 vivió su primer amor con una muchacha, Eugénie Loyer, de 19 años, que lo rechazó [Por entonces vivía Vincent en Londres, empleado en una sucursal de la Casa Goupil, una galería de arte. En septiembre trasladóse a la pensión de la viuda Úrsula Loyer. Después de haber sido rechazado por la hija, a instancias de la madre, que desaprobaba la relación, Vincent se enamoró de Úrsula, quien también lo rechazó en julio de 1874. No obstante, las versiones varían, pues para algunos se enamoró sólo de la hija y para otros de la madre. Sin embargo, resulta bastante verosímil que se enamorase de ambas]. En el verano de 1881 volvió a enamorarse, esta vez de una joven viuda, y de nuevo fue rechazado [se trataba de su prima Cornelia Adriana Vos-Stricker, conocida por Kee, que había ido, en el verano de 1881, a pasar unos días a casa de los padres de Van Gog en Etten; Vincent tenía entonces 28 años y Kee 35, madre de un niño pequeño, Jan. Vincent había conocido a Kee en 1877, cuando era aspirante a pastor protestante en Amsterdam. Como le gustaban los niños, el pequeño Jan lo acompañaba al campo para verlo pintar. La proposición de Vincent escandalizó y ofendió a Kee, que se marchó, junto con su hijo, inmediatamente a Amsterdam. Después de esta negativa, Vincent, desesperado, viajó a La Haya en 1882, donde conoció a una prostituta, Sien Hoornik, que tenía una hija pequeña. Vincent se enamoró de Sien, que le sirvió de modelo, aunque se aprovechaba de él y le transmitió alguna enfermedad venérea. La relación con Sien, llena de altibajos, duró un año y nueve meses. Theo se opuso rotundamente a que continuara. El fin de Sien fue trágico, pues se suicidó en 1904, a los 54 años, arrojándose al Escalda en Rotterdam]. Extraordinaria importancia tiene la relación con su hermano Theo, condición ineludible de su existencia. Desde muy temprano, toda actividad es para Van Gogh un problema vital y existencial. La solidaridad, la religión y el arte confluyen, según su convicción íntima.

Sería del todo erróneo suponer que de las palabras de Van Gogh (véanse las cartas de la primavera-verano de 1888) sobre su arte pudiera extraerse algo directamente condicionado por la esquizofrenia. El simple hecho es la existencia de un contraste entre 1888 y el periodo anterior. El hecho es que este contraste se produce de manera súbita y que existe una coincidencia temporal con el inicio del proceso psicótico reconocible a raíz de otros síntomas muy distintos. Así pues, se impone la lógica conclusión de que será preciso considerar la psicosis como uno de los factores que generaron este nuevo tono. Todas las cartas escritas antes de y durante la psicosis coinciden en una profunda seriedad. Estas cartas (sólo una cuarta parte pertenece al periodo psicótico) son en su totalidad el documento de una visión del mundo, de una existencia y de un pensamiento marcados por un elevado sentido moral, son la expresión de una sinceridad incondicional, de una fe profunda e irracional, de un amor infinito, de una generosísima humanidad, de un inquebrantable amor fati [«amor al destino», expresión nietzscheana que considero inadecuada por parte de Karl Jaspers aplicársela a un hombre profundamente religioso y creyente en Cristo como era Vincent van Gogh] … El sentido moral existe sin relación alguna con la psicosis y más bien se consolida con la enfermedad. Personalidad, acción, sentido moral, existencia y obra artística son consideradas por él como un todo. Su existencia, que nunca se esclarecería sin sus obras, es de una altura extraordinaria. En toda su existencia actúan la entrega incondicional, la elevada exigencia, el realismo impregnado de religiosidad y la total sinceridad. Impulso ético, religioso y artístico se identifican y aúnan en Van Gogh.

Si pensamos en Hölderlin y en Van Gogh, hemos de decir que la esquizofrenia no es en sí creativa. La personalidad y el talento ya existen previamente, pero de forma más inofensiva. En estas personalidades, la esquizofrenia es más tarde el requisito previo (desde una perspectiva causal) para que se revelen tales profundidades. La esquizofrenia no puede crear nada si previamente no se adquiere con suma seriedad la capacidad artística, cosa esta que Van Gogh hizo trabajando durante casi diez años en el arte y en su vida. La esquizofrenia tampoco aporta nada «absolutamente» nuevo, sino que irá al encuentro, por así decirlo, de fuerzas preexistentes. Del telos originario surge algo que no habría aparecido sin la psicosis. No cabe la menor duda de que Van Gogh sufrió un proceso psicótico. Sólo puede tratarse de un proceso esquizofrénico o de una parálisis progresiva. Ésta última no ha podido ser demostrada.

*En este punto insertamos una breve cronología de Van Gogh elaborada por el historiador de arte John Rewald (Berlín, 1912 – NY, 1994) en su célebre estudio El Postimpresionismo. De Van Gogh a Gauguin (3ª edición ampliada y revisada, Londres – Nueva York, 1978). Las aportaciones de Karl Jaspers las incluiremos entre corchetes con otro tipo de letra.


Cronología de Vincent van Gogh (Zundert, provincia de Brabante Septentrional, Países Bajos, 30 marzo 1853 – Auvers-sur-Oise, Île-de-France, 29 julio 1890)[8].

*1884 / Trabaja en Nuenen (Holanda), en casa de sus padres. Correspondencia con su hermano Theo y con el pintor Anthon van Rappard.

*1885 / Trabaja en Nuenen (Holanda), en casa de sus padres. Conflicto con Anthon van Rappard a propósito de Comedores de patatas, pintado en mayo. Muere su padre. En noviembre se dirige a Amberes, donde estudia en la Academia. [A partir de diciembre no cesa de referirse a trastornos físicos].

*1886 / [A comienzos de este año se siente débil y afiebrado]. En febrero llega a París. Se aloja en casa de Theo, en la rue Leval. Trabaja en el estudio de Fernand Cormon, donde conoce a los pintores Toulouse-Lautrec, Louis Anquetin y Émile Bernard. A través de Theo conoce a los pintores Camille Pissarro, Edgar Degas y Armand Guillaumin. También conoce al Père Tanguy (Julien François Tanguy). En junio, Theo y Vincent se mudan al nº 54 de la rue Lepic. En el otoño conoce a Paul Gauguin.

*1887 / Continúa viviendo con su hermano en París. Trabaja con frecuencia en Asnières-sur-Seine con Émile Bernard o con Paul Signac. Participa en pequeñas exposiciones, en la Revue Indépendante, en el restaurante Le Tambourin y en otro restaurante de la Avenida de Clichy, donde conoce a Georges Seurat. Supuesta aventura amorosa con La Segatori. Comienza a beber. Su salud se ve afectada. Algunas desavenencias con Theo.

*1888 / En febrero, tras la visita al estudio de Seurat, parte hacia Arlés. Trabaja frenéticamente. Desea fundar una comunidad de artistas. Correspondencia con Theo, Gauguin y Émile Bernard. En septiembre se muda a la Casa Amarilla. En octubre se reúne con él Gauguin. Gran actividad y acaloradas discusiones [en una carta de ese mes dice que «mis sentimientos en el estado de exaltación se concentran siempre en la eternidad y la vida eterna»]. En diciembre visita Montpellier con Gauguin. Primer ataque mental [Jaspers dice que lo que ocurrió este día es la manifestación clara de un estado psicótico, que se fue preparando desde algún tiempo atrás, lo más probable desde finales de 1887 y principios de 1888, aunque es seguro que el proceso patológico era patente en la primavera de 1888] el 23 de diciembre; se cercena el lóbulo de la oreja izquierda; hospitalizado; inconsciente durante tres días. Gauguin avisa a Theo y se marcha (la cuestión de si se cercenó toda la oreja o sólo el lóbulo, continúa sin estar resuelta; el Dr. Félix Rey y el policía Robert coinciden en que fue toda la oreja; el Dr. Paul Gachet, el hijo de éste, la esposa de Theo y Paul Signac, que sólo fue el lóbulo. El Dr. Théophile Peyron, director del sanatorio psiquiátrico de Saint-Rémy, en su informe de 9 de mayo de 1889, afirmó que se había mutilado «cercenándose la oreja»). El 24 de diciembre Theo se compromete con Johanna Bonger, su futura esposa.

*1889 / El 7 de enero abandona el hospital. A comienzos de febrero lo internan nuevamente, estando otros diez días en el hospital. Sufre de manía persecutoria. Al salir del hospital reanuda su trabajo. El 28 de febrero, a instancias del alcalde y de varios vecinos, lo internan de nuevo, sufriendo en el hospital un ataque de corta duración. A finales de marzo lo visita Paul Signac. Tiene que abandonar la Casa Amarilla. Subalquila dos habitaciones al Dr. Félix Rey. Vuelve a trabajar [tanto en marzo como poco después en mayo, manifiesta en sus cartas una extrema autovaloración crítica, creyendo que nunca podrá hacer nada importante, significativo para el arte de la pintura, pues todo lo realizado durante diez años no son más que torpes estudios]. El 17 de abril se casa Theo con Johanna Bonger. Solicita ser internado en el cercano sanatorio psiquiátrico de Saint-Paul, en la localidad de Saint-Rémy, en la Provenza, donde ingresa el 8 de mayo. Trabaja en el patio, aunque pronto se le permite hacerlo en los alrededores. El 5 de julio se entera de que la mujer de Theo está embarazada. El 8 de julio visita breve a Arlés. Poco después, un nuevo ataque ocurrido mientras pinta en el campo le obliga a permanecer seis semanas en su habitación del sanatorio [en agosto sufre terriblemente por los reiterados ataques]. Mejora su alimentación. Recupera fuerzas. Reanuda su actividad con renovadas energías. En noviembre pasa dos días en Arlés. El 22 de diciembre le informan de que la mujer de Theo está próxima a dar a luz. Por Navidad tiene un nuevo y breve ataque.

*1890 / En enero aparece el artículo de Gabriel-Albert Aurier en el primer número del Mercure de France. El 18 de enero se inaugura la exposición anual del grupo de Los XX en Bruselas, donde vende su primer cuadro. En la cena organizada con motivo de la inauguración, un miembro del grupo, Henry de Groux, descalificó el trabajo de Van Gogh, siendo inmediatamente éste defendido por Toulouse-Lautrec y por Paul Signac, lo que originó el abandono del grupo por parte del miembro que había insultado la labor pictórica de Van Gogh. A finales de enero, después de un día de estancia en Arlés, sufre un nuevo ataque. El 31 de enero nace su sobrino, al que sus padres ponen de nombre Vincent. A finales de febrero sufre un nuevo y grave ataque, tras dos días en Arlés. Trabaja durante la enfermedad. Trata de envenenarse. Hasta mediados de abril no vuelve a escribir. El 19 de marzo se inaugura en París la exposición de Les Indépendants (Société des Artistes Indépendants), donde estuvo representado con diez cuadros, muy elogiados por Gauguin y muchos otros. El 16 de mayo se marcha a París, donde permanece tres días. A continuación, se traslada a Auvers-sur-Oise, muy cerca de París. Amistad con el Dr. Paul Gachet. A comienzos de junio, Theo y su familia pasan un domingo en Auvers. A comienzos de julio hace una breve visita a París. Advierte las preocupaciones de Theo. Al regresar a Auvers lo asalta la depresión. Discute con el médico Paul Gachet. El 27 de julio se pega un tiro en el pecho, por debajo del corazón. Acude Theo. Muere el día 29, siendo enterrado en Auvers el 30. En octubre, Theo se vuelve loco y es trasladado a Holanda.

*1891 / El 25 de enero muere Theo van Gogh, que será más tarde enterrado junto a su hermano en Auvers.

*1893 / El crítico de arte alemán Julius Meier-Graefe compra pinturas de Vincent van Gogh.

 

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En cuanto a la relación entre obra artística y esquizofrenia, Jaspers plantea tres preguntas: a) ¿es, en estos individuos excepcionales [tales como Hölderlin o Van Gogh], la esquizofrenia la causa o una causa de la creación de las obras?; b) si se produce un cambio de estilo paralelo a la esquizofrenia, ¿será ésta una condición específica?; c) ¿se observa en la obra algún rasgo de tal causa específica? ¿Posee la obra características específicas de la esquizofrenia. 

La respuesta a la segunda pregunta presupone una contestación afirmativa a la primera; la respuesta a la tercera pregunta, una contestación afirmativa a la segunda.

Es muy probable que la esquizofrenia sea una condición para la creación de las obras de algunos artistas. El genio enfermo también crea un mundo nuevo, pero se destruye en él. Lo que me interesa sobremanera -o, más bien, me estremece- es ver el nexo particular que se establece en un caso concreto. No obstante, la pregunta por lo que me interesa carece de respuesta científica.

Los casos de Hölderlin y de Van Gogh son muy distintos a los de Strindberg y Swedenborg. Ambas parejas constituyen tipos diametralmente opuestos. Mientras que en Strindberg y en Swedenborg la esquizofrenia sólo posee, básicamente, una relevancia material en la obra, en Hölderlin y en Van Gogh condiciona también la forma interna, el propio núcleo creativo. En Strindberg y en Swedenborg nunca se produce una verdadera desintegración, y la capacidad de producción literaria se mantiene en el estado final. En Hölderlin y Van Gogh, las obras crecen en medio de un tempestuoso movimiento psíquico, tendente a un momento en el cual los procesos disolventes se intensifican hasta que la capacidad creativa queda anulada en el estado final.

 


[1]Según las informaciones más documentadas, Augusto Strindberg y Frida Uhl tuvieron una hija, Kerstin [Christine] (Kerstin Strindberg), nacida en el municipio austriaco de Saxen el 26 de mayo de 1894 y fallecida el 30 de abril de 1956. El 21 de agosto de 1897 nació Friedrich Strindberg († Italia, 30 marzo 1978), fruto de una relación adúltera de Frida Uhl con el dramaturgo alemán Frank Wedekind, ya que todavía no se había divorciado legalmente del autor sueco. Este niño fue legalmente aceptado por el reputado escritor, que le dio el apellido Strindberg. El nacimiento de este pequeño, fruto de la mencionada relación adúltera, es defendida por Michael Meyer en Strindberg: A Biography (Oxford University Press, 1987, pág. 363). También defiende el nacimiento de ambos pequeños, así como el nombre de sus mencionados progenitores biológicos, la estudiosa Mónica J. Strauss en su libro biográfico Cruel Banquet: The Life and Loves of Frida Strindberg (Harcourt, 2000). El propio Strindberg, en el Epílogo de Alegato de un loco (como este libro es de 1888, el Epílogo tuvo que redactarse más tarde), dice que una niña, nacida en 1894, es fruto de su matrimonio con Frida Uhl. La afirmación de Strindberg es plenamente aceptada por Karl Jaspers.

[2]Laura Katharina Marholm (1854 – 1928). De soltera, Laura Mohr. Escritora y crítico literario báltico-germana, nacida en Riga. Defensora del feminismo y de los derechos de la mujer. En el otoño de 1889 se casó con el escritor sueco Ola Hansson. El matrimonio fue amigo durante varios años de Augusto Strindberg, hasta que se produjo la ruptura. Es en 1889 cuando Hansson inicia la amistad, que se intensifica a finales de 1892. Pero, en el transcurso de 1893, cuando los Hansson estaban consolidando su posición en Berlín, las desavenencias fueron evidentes, en buena medida motivadas por la animadversión de Strindberg a Laura Marholm. Los Hansson abandonaron la capital de Alemania, estableciéndose en Baviera en 1895. El matrimonio Hansson se convirtió al catolicismo en 1898. Terminó regresando a Letonia, donde murió tres años después que su esposo

[3] Dagny Juel (Kongsvinger, Noruega, 8 junio 1867 – Tiflis, Georgia, 5 junio 1901), escritora, pianista y modelo noruega (lo fue de Edvard Munch), conoció a Strindberg en Berlín el 8 de marzo de 1893, en la taberna Zum schwarzen Ferkel (El cochinillo negro). Después del corto romance con Strindberg, se casó con el escritor polaco Stanislaw Prybyszewski, quien abandonó a su esposa, Martha Foerder, con quien tenía dos hijos, naciendo aún un tercero, una niña (el 6 de febrero de 1895), después de la separación. Martha Foerder terminó casi con toda seguridad suicidándose el 9 de julio de 1896. En cuanto a Dagny Juel, Stanislaw Prybyszewski terminó dejándola. La joven tuvo dos nuevos amantes, conocidos a través de su esposo: el escritor polaco Henryk Sienkiewicz (1846 – 1916) y Wladyslaw Emeryk, hijo del dueño de una mina. Emeryk le descerrajó un tiro en la cabeza mientras dormía en un hotel de Tiflis, en presencia del hijo de ella, Zenon, de cinco años. Fue enterrada en una iglesia católica de Tiflis (Tbilisi) y trasladados sus restos, en 1999, al cementerio Kukia de la misma ciudad.

[4] La sucinta bibliografía indicada por Jaspers menciona los siguientes escritos y estudios. De los textos de Swedenborg, sus Theologische Schriften, traducidos por Lothar Brieger-Wassergovel (Jena, Eugen Diederichs, 1904). Además, Alfred Lehmann, Aberglaube und Zauberei, 2ª edición, Stuttgart, 1908. Martin Lamm, Swedenborg, Leipzig, 1922. Hans Walter Gruhle, Psychologischen Forschung (revista), volumen V. Los estudios de Lamm y de Gruhle llevaron a Jaspers, en ediciones posteriores de Genio y locura, a modificar sustancialmente detalles de su descripción del proceso de Swedenborg.

[5] Extraigo la información de Cinta Canterla. Véase, Manuel Kant, Sueños de un visionario. Explicados desde los ensueños de la Metafísica. Prólogo de Rudolf Malter. Edición crítica del texto alemán, introducción, traducción y notas de Cinta Canterla. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1989, págs. 12 y ss. El libro de Kant, con el título Träume eines Geistersehers, erlaütert durch Träume der Metaphysik, fue publicado bajo el anonimato por el librero Johann Jakob Kanter en Königsberg en 1766. Kant no quiso el anonimato, y, de hecho, todo el mundo académico sabía que el libro era de su autoría. En el mismo año de 1766, el librero Johann Friedrich Hartknoch, de Riga, volvió a publicarlo. El interés por las visiones de Swedenborg, razón por la que escribe su libro, también se lo manifiesta Kant a Moses Mendelssohn de 8 de abril de 1766, donde queda claro que no tenía intención alguna de mantener el anonimato, aunque sí explica con sentido del humor por qué quiso darle a su obra el aspecto de un escrito anónimo. Tanto a Charlotte como a Mendelssohn les explica Kant lo que le había motivado a escribirlo, a saber, las visiones de Swedenborg, de las que quiso documentarse concienzudamente, aunque no pudo saber nada directamente del propio científico y místico sueco. Tanto la explicación de la causa de sus indagaciones acerca de las visiones de Swedenborg como la de la motivación de la publicación del escrito, pueden leerse en el prólogo de los Träume.

[6] Norbert von Hellingrath (1888 – 1916), filólogo alemán, redescubridor del gran poeta, cuya obra completa comenzó a publicar. Es, además, autor del estudio Pindarübertragungen von Hölderlin, Jena, 1911 (sobre la peculiar traducción de Píndaro llevada a cabo por Hölderlin).

[7] Karl Jaspers considera este estudio de Dilthey lo mejor que ha leído sobre Hölderlin.

[8] Otra estimable síntesis cronológica es la elaborada por el pintor y poeta cubano Fayad Jamís Bernal (Zacatecas, México, 1930 – La Habana, 1988), incluida en la edición de una selección amplia de cartas de Vincent a Theo llevada a cabo por el Instituto del Libro de La Habana en 1968, del que hay edición española (Vincent van Gogh. Cartas a Theo. Introducción de Fayad Jamís. Barcelona, Barral Editores, 1971. La sexta edición es de abril de 1981, que es la que he consultado).